martes, 23 de agosto de 2011

La mediación metacognitiva en la práctica educativa

El primer paso para la educación del pensamiento y para hacer que los aprendizajes sean significativos ha de darlo el propio educador, por la ayuda que proporciona al alumno para que sea consciente de su propia realidad interior: él mismo ha de ser capaz de conocer y dar justificación de sus capacidades, procedimientos y actitudes.
Esto no es fácil para los estudiantes, a menos que una correcta mediación vaya habituando su atención a centrarse en esos procesos.
Todo lo anterior no hace más que subrayar la afirmación sobre la naturaleza del profesor y sobre su figura de mediador: él es quien puede hacer llegar a los alumnos tanto a los conocimientos científicos como a la toma de conciencia de sus capacidades y procesos.
Es oportuno aclarar en este punto, que no es necesario que los alumnos entiendan a fondo la metacognición ni la investigación científica que la respalda, simplemente les alcanzará con que se les enseñe a aprender según lo indican los principios derivados de la investigación metacognitiva, desarrollándose entonces en ellos las habilidades y procesos importantes para la metacognición. Esto se produce de la misma forma que una persona puede aprender a hablar bien sin conocer las reglas gramaticales, pero no puede hablar bien si no aplica esas reglas.
Puede cultivarse si hacemos hincapié en este tipo de pensamiento, lo promovemos mediante preguntas, con contraejemplos, reconociendo puntos de vista divergentes o explicaciones razonables en perspectivas encontradas.


Los invitamos a analizar el siguiente caso:


          El aprendizaje metacognitivo puede ser desarrollado mediante experiencias de aprendizaje adecuadas ¿qué es necesario tener en cuenta para llevar a cabo una práctica metacognitiva?

¿Qué aspectos reconocemos de la metacognición en el caso presentado?

¿Qué espacio se ofrece, desde la asignatura, para la realización de tareas metacognitivas?


10 comentarios:

  1. Creo que las actividades están redactadas de un modo poco claro para docentes que no pertenezcan al área de Matemática o Física.
    Respecto a lo realizado por esta docente: la realidad es que muchas veces queremos innovar con actividades motivadoras y sólo muy pocos alumnos pueden comprenderlas rápidamente. Esto lleva a retrasarnos en el programa sin necesidad, puesto que pueden planificarse actividades más simples al inicio de un tema; sin obviar análisis, relaciones y metacognición. Queda claro que la docente DEBE explicar previamente el concepto de rapidez para que comprendan mejor las situaciones que plantea luego.
    Me ha pasado esto muchas veces... Besos Euge Richardi

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  2. Me parece muy interesante el modo como inicia esta clase de matemática. El disparador concreto propuesto por la docente posibilita que los alumnos se apropien del problema, poniendo en juego no sólo la reflexión, sino también la corporalidad.
    Considero que en muchas ocasiones la misma clase no alcanza para que ocurra la apropiación del problema y también la reflexión de dicho proceso. El tiempo que dura la clase no es el mejor aliado para propiciar prácticas metacognitivas, por eso el desafío de cada docente es planificar estratégicamente los momentos de la secuencia didáctica, previendo de antemano un lugar para dichas prácticas. Quizás una opción sea no ser tan ambiciosos en los contenidos conceptuales que destinamos para una clase y dedicar mayor tiempo a situaciones en las que los alumnos puedan reflexionar sobre sus propios procesos.
    Prof. ANDREA SUAREZ

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  3. Si me sitúo desde el lugar de alumna, la actividad de matemática propuesta me cuesta entenderla y por lo tanto me desanima intentar resolverla. Estuve esperando si alguno de mis compañeros lo hacía.
    Como alumna del curso de meta-cognición, me parecen muy pertinentes las tres preguntas reflexivas que proponen y me da luz para hacer lo mismo en mis clases. Intentaré ahora repensar esto desde el punto de vista químico
    Marisa Gómez Lara.

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  4. Se me ocurre también, que la falta de un metapensamiento, de una reflexión sobre los propios procesos, no sólo es una carencia en el nivel intelectual, sino que también se traslada al ámbito socio-afectivo. Pensemos por ejemplo en un sujeto que no puede pensar en sus propios procesos, estados, sentimientos, que no puede comunicar a otros cómo se siente, qué quiere, etc. La falta de reflexión, evidentemente, conduce a una dificultad para percibir y valorar las propias fortalezas, aciertos, gustos, potencialidades, obstáculos.
    Creo que es necesario plantear una didáctica que se interese por enseñar prácticas metacognitivas, ya que en ellas puede hallarse un modo para propiciar el reconocimiento, de cada sujeto primero, y luego del otro. Si un sujeto no puede pensar en su propia subjetividad, tampoco puede practicar la empatía, y por ende reconocer la alteridad!!!
    Prof. ANDREA SUAREZ

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  5. DE todas las actividades planteadas en el ejemplo, observamos que aquellas que no inician con signo de pregunta, y que están marcadas con un asterisco, son las que presentan acciones metacognitivas, en particular pensamos que estas son las actividades de las cuales los alumnos se quejarían más, y seguramente les cueste más resolver e interpretar qué se pide, esto es "cómo lo resolvió", "cómo lo resolvió el otro", "qué otras maneras hay de resolverlo", "Darse cuenta,qué información falta, para resolver una situación problema x", "Dejar por escrito el razonamiento realizado"; todas estas actividades necesitan del pensamiento reflexivo: "DESCUBRIR CÓMO PIENSO LO QUE PIENSO" (Cecilia Nogara, Marisa Gómez, Fabia López)

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  6. Las valoraciones que desde el área de Lengua podemos realizar son:
    -es positivo partir de una situación concreta para que los alumnos puedan construir un concepto
    -si bien el proceso congnitivo y metacognitvo estaba planificado, el proceso de conceptualización fue protagonizado por la docente y no por los alumnos...como sostiene Andrea (con quien compartimos algunos puntos), tal vez la clave esté en cómo guiar el proceso para que sean los propios alumnos los que construyan el concepto y puedan reflexionar sobre la estrategia utilizada en esto.
    Profes: Carolina, Carmen y Luz.

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  7. Pensamos que la metacognición también debe realizarla el docente, el proceso reflexivo no es privativo del alumno, deberíamos ser más humildes, nosotros también deberíamos en nuestra vida hacer "un parate reflexivo", y compartirnos lo que nos pasa. (Cecilia Nogara, Marisa Gómez, Fabia López)

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  8. Los avances que se observan en el estudio de la metacognición y su implicancia en el aprendizaje y desarrollo de capacidades complejas, conceptos y procedimientos que se proponen implementar con una mayor incidencia en la enseñanza disciplinar, me parecen valiosos y positivos. Se me presentan algunos desafíos para la integración en las practicas como ser: generar el clima ideal para que los alumnos se involucren de manera conciente. Como guiar y capitalizar el pensamiento reflexivo de cada alumno siendo que cada uno puede adoptar diferentes caminos para resolver una actividad o comprender un concepto.

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  9. Coincido con Luis en la necesidad de generar un clima apropiado para que los alumnos se involucren de manera consciente; este proceso se debe desarrollar de manera paulatina y/o progresiva para que el alumno pueda ir alcanzando una mayor autonomía. En este sentido es importante que el docente se presente como guía, respetando los tiempos, características y necesidades del grupo.
    Victoria

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  10. Victoria y Luis gracias por su participación y disposición en el encuentro!!...Sus aportes fueron muy interesantes y enriquecedores....

    Ánimo a seguir pensando en actividades metacognitivas!!

    Graciela.-

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